miércoles, 4 de julio de 2012

Comenzó el juicio a la barra de Di Zeo


Rafael Di Zeo, ex líder de la barrabrava de Boca Juniors, se negó a declarar esta mañana en la primera jornada del juicio oral y público por estar acusado de integrar una asociación ilícita y por tenencia ilegítima de arma y munición de guerra, junto a otros quince imputados.
Comenzó la primera jornada del juicio oral y público que enfrenta, entre otros, Rafael Di Zeo e interrogado por el camarista Guillermo Yacobucci sobre sus datos filiales y personales, dijo tener 50 años de edad, casado con dos hijos y que trabaja en un estudio jurídico, pero lo más importante fue “Por el momento no voy a declarar y lo haré más adelante”, lo ampara el derecho.

El juicio se lleva a cabo en el  Tribunal Oral en lo Criminal Seis, presidido por Su Señoría Guillermo Yacobucci e integrado además por Leonardo De Martini y Alejandro Noceti Achával, y el resto de los imputados Fernando Di Zeo, Alejandro Javier Falcigno, imputado con el "Rafa" como organizador de la asociación ilícita, Fabián Adolfo Kruger, Diego Marcelo Rodríguez, Gustavo Amadeo Pereyra, y José Luis Fernández, Juan Antonio Castro, Roberto Joaquín Ibáñez, Hugo Humberto Zalazar, Carlos Andrés Amenedo, Juan Carlos Alejo, Leonardo Gabriel Chávez, Angel Martín Díaz, Héctor Daniel Alarcón y la policía Viviana Parrado, a quien se le imputa presunto "incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento calificado", tomaron la postura de su líder, no declararon.


La acusación la lleva adelante el fiscal Diego Nicholson, y esta mañana se vio el Palacio de Tribunales, más precisamente el sexto piso, plagado de "hinchas" de Boca.

El "grupo" está acusado por los incidentes ocurridos durante un partido entre Boca y Chacarita, el 31 de agosto de 2003, que debió ser suspendido por el alto nivel de violencia.

Este año han muerto nueve personas a raíz de los hechos de violencia en el fútbol argentino y, según la Ong Salvemos al Fútbol, las víctimas mortales suman 261 desde 1924.


Mariano Cúneo Libarona, defensor de Di Zeo, famoso por "embarrar la cancha", hizo uso de sus "atributos" y planteó la discusión sobre la incorporación o desistimiento de diversos testigos, lo que originó que el Tribunal dispusiese un cuarto intermedio luego de las indagatorias. 



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