jueves, 14 de junio de 2012

Matías Rodríguez (U de Chile): "Yo grité el gol de Silva al Flu"

Matías Rodríguez, el argentino que hizo inferiores en Boca y apenas jugó 20 minutos en la Bombonera, es fana del Xeneize. Pero avisa: “La U no se va a achicar...”.

La primera y última vez que Matías Rodríguez jugó en la Bombonera, el 13 de mayo del 2007, le fracturaron la tibia y el peroné. Oscar Regenhardt le había concedido la 4 de Boca en un partido de Reserva contra Arsenal. 

Rodríguez caminó el césped como tantas veces lo había soñado, se miró el brillo de la camiseta, miró la platea, la popular, y a los 20 minutos le pusieron una plancha que le rompió todo: la tibia, el peroné, el sueño, el debut y el futuro inmediato en el club. “Me acomodé para rechazar una pelota y el tipo me dejó la patita”, cuenta ahora el jugador de una Universidad de Chile que se plantará en La Boca con la irrespetuosidad de los mocosos. 

Cinco años, un mes y un día después de aquel grito y aquella lesión, el potenciado y conocido Rodríguez (de regreso de su primera vez con la Selección de Sabella) querrá vengar su viejo primer sueño, el de toda la vida: romperla en esa cancha que espiaba desde las ventanas de la pensión.

-¿Veinte minutos en cancha, nada más? 
-Veinte minutos. Me quería matar. Hacía algunos meses había vuelto del Aucas de Ecuador, adonde me habían dado a préstamo, y Russo, Miguel Russo, me pidió para que hiciera fútbol con la Primera. Le había faltado alguien, seguro, y bueh: ahí fui. “No pegués patadas, vos jugá tranquilo”, me aconsejó. A la semana debuté en Reserva. A los 20 minutos me lesionaron. Al otro día, pensé: “Dejo todo”.

-¿El fútbol? 
-Sí, todo. Tenía 21 años. Después me recuperé, me tranquilicé, qué sé yo. Eso sí: había entendido que mi destino no sería Boca. Lo entendí o me convencí, no lo sé. Y me fui. Te digo más: no sé si me puse contento cuando el club me dejó libre.

-¿Y ahora? 
-¿Y ahora? No lo puedo creer. Tenías que verme cuando Santiago Silva le empató 1-1 a Fluminense en Brasil. “¡Vamos, Boca, carajo!”, grité.

-¿Para tanto? 
-Lo festejé por hincha, aunque al toque me avivé: “Ah, pará, a lo mejor jugamos contra ellos”.

-Contra nosotros.
-(se ríe) Soy hincha de Boca yo, de toda la vida. Me crié en La Boca. Toda mi familia es de Boca.

-Un Boca que en la Bombonera, y por la Copa Libertadores, ha minimizado a cada equipazo.
-Sí, pero la U no va a achicarse. La U puede lastimar a Boca porque jugamos a un ritmo mayor, un ritmo al que no están acostumbrados. Tenemos que plantarnos en la Bombonera. Haremos un gran partido.

-Justo lo que mejor hace Boca: desinflar el ritmo del rival.
-Si presionamos como sabemos, se les va a complicar. Todo el mundo habla de cómo presionamos. Y cuando Boca intente atacar, lo mismo: ahí aparecerá la mejor U. Ya le ganamos a Flamengo, que tiene unos jugadores bárbaros. 

-Empezaste tu carrera de 4, jugás de 8 y a veces terminás de 9...
-Pedido de Sampaoli, que me pasaba videos de Dani Alves: “Mirá cómo tira las diagonales, cómo pasa por la espalda. Eso quiero”. Y el loco va, llega, está siempre. De 9, de 7, pero siempre tengo que llegar. Pienso que Boca es el mejor rival para demostrar y demostrarnos que nuestro fútbol puede triunfar.


Fuente: ole.com.ar

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