lunes, 4 de octubre de 2010

La final que no fue





Varios chicos españoles que pasaban sus vacaciones en campamentos de verano dentro de las comunidades de Cataluña y del País Vasco fueron privados de ver la final del Mundial de fútbol Sudáfrica 2010 disputada entre España y Holanda.

En varias colonias no se les permitió ver ninguno de los partidos de La furia roja, en ocasiones se les decía que habían perdido, en otras cuando alguno de los chavales preguntaba, se les informaba que había finalizado el encuentro, que se fueran a dormir y en el caso de la finalísima, apagaron todos los televisores y se les mintió a los niños diciéndoles que había ganado Holanda 1 a 0 con gol de Robben.

En su momento, el PSOE (Partido Socialista Obrero Español, que se encuentra en el poder de la mano del Presidente José Luis Rodríguez Zapatero) y el PP (Partido Popular, la mayor oposición al gobierno) manifestaron su repudio para con los responsables de los campamentos de verano que no dejaron ver a los chicos los partidos de La roja en el Mundial.

Así reflejó la noticia el sitio de Internet diariovasco.com, en un artículo firmado por el periodista Aingeru Munguía: "Jon, Andoni, Pablo, Iñaki y Juan Carlos querían ver la final del Mundial. Chavales donostiarras de entre 9 y 11 años, a quienes sus padres apuntaron a unas colonias organizadas por la Diputación en un albergue de Orio. Al parecer, su pretensión era una barbaridad. Los chicos estaban ilusionados con la final, pero eso de darse un alegrón con la probable victoria de España era anatema. El problema no debía ser la norma que prohibía ver televisión durante la semana de colonias. Les cuento: los niños, ansiosos de noticias, preguntaron a los monitores cómo había acabado el partido y estos les dijeron que había ganado Holanda, que Robben había metido el gol de la victoria. La cosa estaba clara: prohibir el partido, impedir dar ánimos a la selección española, desbaratar el gustazo de los chavales de ver cómo su equipo ganaba el Campeonato del Mundo, y de postre propinar unas gotas de amargura haciéndoles pensar que habían perdido la final. Hombre, estos ases de la pedagogía no les pusieron un saco de piedras a la espalda, pero les hicieron algo peor: frustrarles una ilusión de todo punto entendible. ¿Se imaginan que pasara esto en unas colonias en Albacete?, ¿No, verdad? ¿Se habría guardado con tanto celo la norma de no ver la tele si la final del Mundial la hubieran jugado Euskadi y Brasil... o más bien habría habido toque de corneta para asistir al evento? Yo extraigo algo positivo: Estos chavales, antes que después, sacarán a gorrazos a nuestros talibanes locales. Pero la Diputación haría bien en replantearse a quién contrata: Cualquiera no vale. Primero hay que curarse las enfermedades, sobre todo si son mentales".

Sabido es el espíritu separatista tanto de vascos como de catalanes, pero llegar a crear una realidad paralela para estos pobres chicos que nada entienden sobre política ni sobre los rencores de los adultos, fue uno de los hechos más crueles que se vivieron durante Sudáfrica 2010.

Los españoles (fundamentalmente los jóvenes) sienten orgullo por el momento brillante que está viviendo el deporte en su país y particularmente la selección de fútbol (campeona de la Eurocopa 2008 y ganadora del último mundial).

También lo sienten por la selección de básquet (Campeona del Mundo 2006 y Sub campeona en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008), por Rafael Nadal (tenista Nª 1 del mundo), Jorge Lorenzo (virtual campeón del mundo de Moto GP este año), Alberto Contador (ganador del Tour de France 2010) y por la selección de fútbol Sub 20 que fue segunda en el europeo de este año disputado en Francia (con quien perdió en la final por 2 a 1).

Pero esa hermosa sensación de sentir orgullo por algo, por alguien, no pudo ser experimentada por la mayoría de los niños vascos y catalanes, un ejemplo concreto es el que se vivió en el albergue Churruca de Orio, donde les apagaron el televisor antes del comienzo de la final del mundial e improvisaron una desagradable realidad paralela para los 40 chicos de entre nueve y once años que estaban allí. No solo se les impidió ver el partido sino que se les dijo que había ganado Holanda con gol de Robben.

Los chicos disfrutaban de la colonia de vacaciones de verano organizadas por la diputación de Guipúzcoa. Los monitores se negaron a permitirles ver el partido de la final que ganó España, y además les mintieron sobre el resultado. Es sólo uno más de los episodios registrados en varias colonias de la Generalidad catalana, pero esta vez en el País Vasco.

En el albergue de Orio, como en todos los organizados por los gobiernos vascos y catalanes, el partido de la Selección española era un tema tabú. La rutina de las colonias (casualmente centradas en el deporte) no debían verse alteradas en lo más mínimo por tal acontecimiento.

Al regreso de los chicos a sus hogares tras las vacaciones, el relato de los hechos sorprendió a la mayoría de los padres, inquietos por los métodos de estas colonias y convencidos de que si la final hubiera sido disputada por una inexistente Selección vasca las cosas habrían sido bien distintas.

"Se trataba de uno de esos momentos que estos chavales probablemente no vayan a vivir nunca más en la vida, más allá de una cuestión de colores. No nos explicamos que hayan adoptado una actitud tan inflexible y les hayan querido quitar de esa manera la ilusión", comentaba uno de los padres.

Algunos otros opinaron que el veto al partido es más discutible. Pero el hecho de mentir a los niños diciéndoles que había ganado Holanda denota "cierta saña" que está "fuera de lugar".

La polémica fue elevada al Parlamento foral, donde el Partido Popular pidió explicaciones sobre todo este asunto al diputado general de Guipúzcoa, Markel Olano PNV (Partido Nacional Vasco). Desde la diputación justificaron el accionar de las colonias diciendo que "la petición de un minúsculo grupo no podía romper la dinámica" de todo el conjunto. "No se les dejó ver a la selección española como tampoco se les habría dejado ver a los payasos de la tele, los dibujos animados, un partido de pelota o una final de traineras".

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