Hoy desperté con el siguiente pensamiento en mi cabeza: "Riquelme es como un cómico, como un payaso. En su vida, en lo cotidiano, tiene un gesto adusto, casi de amargado se podría decir, ni hablar cuando enfrenta micrófonos sin ganas, a las salidas de vestuarios tras derrotas, pero cuando está en un campo de juego, "Riquelme está felí".
Es impresionante como le cambia la cara, hasta parece escaparsele una sonrisa, incluso, más allá de ordenar al equipo, hasta con retos a sus compañeros a veces. Cuando el botín de su pie derecho toca el balón, ni hablar cuando lo hacen los tapones, cuando... no la pisa, nunca la lastimaría, yo digo que la acaricia, como cuando lo hizo en La Bombonera en aquel antológico caño a Yepes contra River por Copa Libertadores.
Cuando está con ganas, como se lo ve ahora, cuando está bien físicamente, como se lo ve ahora, es un jugador notable, brillante, el cerebro que necesita Boca y que le vendría muy bien a Messi en la selección para poder descansar. Tener a Román al lado, le significaría a Lio, sacarse la responsabilidad de hacer todo, de como se dice, tener que tirar el centro e ir a cabecear. JR es un estratega de lujo, los mejores partidos de la perla del Barcelona fueron con el 10 Xeneize al lado, me vienen a la mente ahora, por ejemplo, los partidos de los JJOO de Beijing.
Sin dudas es un jugador inconmensurable, de los que quedan pocos, de los que ya casi no nacen. Por momentos hasta estoy tentado en pensar que Horacio Pagani no está loco y que no solo él, mucha gente piensa que es el mejor. Seré sincero como siempre lo soy, no creo que sea el mejor, pero si creo que es único.
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